En el ciberespacio, los profesionales modernos se encuentran inmersos en un océano de información. En este amplio mar digital, una actividad que ha ganado popularidad es el egosurfing. ¿Pero qué implica realmente esta práctica y cómo puede impactar en el ámbito laboral? ¡Vamos a descubrirlo!
¿Qué es el egosurfing y por qué deberías hacerlo?
El egosurfing, también conocido como “googlearse a uno mismo” o “googling yourself”, es el acto de buscar tu propio nombre o el de tu empresa en internet. Puede parecer una práctica narcisista o inútil, pero en realidad tiene muchos beneficios para tu reputación online, tu marca personal o tu negocio.
La importancia del egosurfing
En el mundo actual y en la era digital, tu presencia online es tu carta de presentación. Lo que aparece en los resultados de búsqueda cuando alguien busca tu nombre o el de tu empresa, puede influir en la percepción que tienen de ti, tu credibilidad, tu profesionalidad y tu valor.
El egosurfing te permite conocer qué se dice de ti o de tu negocio, en la red, qué imagen proyectas, qué opiniones generas y qué oportunidades o amenazas puedes encontrar. Así, podrás tomar medidas para mejorar tu posicionamiento, gestionar tu reputación, corregir errores, destacar tus logros y potenciar tu diferenciación.
¿Cómo realizar bien esta práctica?
Para hacer un buen egosurfing, no basta con poner tu nombre o el de tu empresa en el buscador y ver qué sale. Hay que tener en cuenta algunos aspectos que pueden afectar a los resultados, como la localización, el idioma, el dispositivo, el navegador o el historial de búsqueda. Por eso, te recomendamos seguir estos pasos:
- Usa una ventana de incógnito o privada para evitar que tu historial o tus preferencias influyan en los resultados.
- Prueba diferentes buscadores, como Google, Bing, Yahoo o DuckDuckGo, para ver si hay variaciones.
- Busca tu nombre o el de tu empresa con y sin comillas, y con diferentes variantes, como tu nombre completo, tu nombre artístico, tu apodo, tu nombre de dominio, etc.
- Añade palabras clave relacionadas con tu sector, tu actividad, tu localización o tu público objetivo para ver cómo te posicionas frente a tu competencia.
- Revisa los primeros resultados, tanto los orgánicos como los de pago, y fíjate en el título, la descripción, la URL, la imagen y el contenido de cada página.
- Haz clic en las distintas pestañas de imágenes, vídeos, noticias, mapas y redes sociales para ver qué tipo de contenido multimedia se asocia a tu nombre o al de tu empresa.
- Repite el proceso periódicamente, al menos una vez al mes, para ver la evolución de tu presencia online y detectar posibles cambios o novedades.
¿Qué hacer con los resultados?
Una vez que hayas hecho el egosurfing, es el momento de analizar los resultados y actuar en consecuencia. Según lo que encuentres, puedes hacer lo siguiente:
- Si los resultados son positivos, celébralo y comparte los enlaces que más te gusten en tus redes sociales, tu web o tu blog. Así, reforzarás tu imagen y tu autoridad en tu campo.
- Si los resultados son neutros, aprovecha la oportunidad para mejorar tu posicionamiento y tu visibilidad. Crea y difunde contenido de calidad, relevante y original que aporte valor a tu audiencia y que refleje tu personalidad y tu propuesta de valor.
- Si los resultados son negativos, no te desanimes trata de solucionar el problema. Si se trata de un error, una información falsa o una crítica injusta, contacta con el responsable de la página y pídele que la retire o la modifique. Si se trata de una crítica constructiva, agradece el feedback y muestra tu disposición a mejorar.
- Si los resultados son inexistentes, es hora de crear tu presencia online desde cero. Registra tu nombre de dominio, crea tu web o tu blog, abre perfiles en las redes sociales más adecuadas para tu público y tus sector y empezar a generar compartir contenido de interés.
Los peligros del egosurfing
El egosurfing puede ser una actividad adictiva, obsesiva y estresante, que te haga perder el foco de tus objetivos y te distraiga de tus tareas importantes. Además, puede afectar a tu autoestima, tu confianza y tu salud mental, si te dejas llevar por las críticas, los comentarios negativos, las comparaciones o las expectativas ajenas.
El egosurfing también puede exponerte a amenazas externas, como el robo de identidad, el ciberacoso, el phishing, el hacking o el rastreo de tu actividad online. Estos ataques pueden dañar tu reputación, tu privacidad, tu seguridad y tu patrimonio, si no tomas las medidas adecuadas para protegerte.
¿Cómo evitar los peligros del egosurfing?
Te dejamos algunos consejos para evitar los riesgos del egosurfing:
- Googleate a ti mismo con moderación, estableciendo un tiempo y una frecuencia límite, y evitando hacerlo en momentos de ansiedad, aburrimiento o curiosidad.
- Haz egosurfing con objetividad, analizando los resultados de forma crítica y constructiva, y sin dejarte afectar por las opiniones o las emociones de los demás.
- Realiza esta práctica con responsabilidad, actuando de forma ética y legal, y respetando los derechos de autor, la privacidad y la reputación de los demás.
- Ejecuta con precaución, usando una conexión segura, un antivirus, un firewall y un gestor de contraseñas, y evitando hacer clic en enlaces sospechosos, descargar archivos desconocidos o compartir información sensible.